martes, 23 de octubre de 2012

Looper:El concepto es el concepto nena!






'Looper' empieza muy bien, de forma muy vibrante y exponiendo de forma muy ágil, clara y concisa cada uno de los elementos sobre los que se apoyará posteriormente -en teoría- su trama, tanto que es complicado no caer rendido de primeras ante ella... sin embargo, a partir de un momento dado, a partir del momento en el que uno de sus protagonistas encuentra donde estarse quieto (sin que esto tenga por qué ser un eufemismo... de hecho, no lo es), la cinta parece estancarse de pronto, literalmente, como si no tuviera muy claro o a) hacia dónde ir; o b) cómo aprovechar su gran concepto de partida; o c) cómo seguir siendo la misma película, permitiendo que un relato lleno de posibilidades e ideas más que sugerentes concluya, después de haber ido de más a menos de forma evidente, con mucha menos gloria de la que se prometía al principio...
"Mira, nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto. Um. Ésa es la cuestión. Por ejemplo, tú eres una mujer con estudios. Y yo no objeto nada al respective porque soy liberal. Y no soy de ésos que andan diciendo que sois todas más putas que las gallinas… aunque lo piense. Pero, ¿y el concepto, ¿eh? ¿eeeh? ¡Aaaamiga! ¡A los hechos me repito!" le decía Pazos, entre otras cosas, a Fátima do Espíritu Santo en el que probablemente sea uno de los diálogos más famosos (y divertidos) que ha dado el cine español. Y no le faltaba razón, pues el concepto es el concepto, nunca mejor explicado, y para una cinta que se presupone de ciencia-ficción como la que nos ocupa es algo que resulta fundamental, por no decir imprescindible, para que el público tenga algo que "discutir con el fin de discutirlo" y erradique de paso la sensación de vacua producción comercial (que por ejemplo arrastraba la por otro lado entretenida 'Desafío total').
El concepto no lo es todo, pero casi, aunque no menos importante es saber luego como desarrollarlo y qué hacer con él, realmente la parte más ardua y difícil, y es ahí en donde da la sensación -se tenga en cuenta este matiz- que 'Looper' falla... y repito, la sensación de: uno puede perder cualquier final y estar triste a consecuencia de esto, es lógico, pero no es menos lógico valorar con mejor ánimo y con el paso del tiempo que se ha sido subcampeón. Algo así sucede con 'Looper', un filme muy interesante que sin embargo no aprovecha del todo su potencial dejando la frustrante sensación de oportunidad perdida, de haber rendido por debajo de sus posibilidades, de amago más que de realidad aún a pesar de sus indudables virtudes, que no son pocas, y que a la larga le suman una nota media por encima de... la media. Sí, aunque decir que 'Looper' es una cinta decepcionante puede sonar mal y resultar demasiado cruel... lo es, y de forma un tanto incómoda y molesta, más de lo que debiera y menos de lo que le otorgamos a filmes con menos potencial. Porque el hecho de que 'Looper' sea un filme decepcionante, de primeras, ya sea por el hype o por una media hora inicial sencillamente magistral que prometía mucho más, no significa que por ello deje de ser la película muy apreciable e interesante que sigue siendo, de segundas, y cuya sensación en caliente se compensa, en parte y con el paso de los minutos, con las virtudes que en frío siempre se hacen querer más. Y no lo es porque su argumento, relacionado con esos viajes en el tiempo siempre susceptibles de discusiones y dolores de cabeza sin fin (como bien advierte Bruce Willis en un momento dado...), se preste a la confusión o requiera de ser contrastado con una segunda opinión o visionado... como sí ocurría, por ejemplo, con la mucho más densa (y fundamental) 'Primer' (cuyo director parece haber ejercido de consejero en ésta, por cierto). No, de hecho una vez descubiertas las variables de la ecuación, algo que además sucede demasiado pronto, 'Looper' muestra en realidad una formula mucho más sencilla de lo que cabría esperar, apostando más en favor de una correcta resolución al alcance del cine comercial que por rizar el rizo con algún tejemaneje que intente poner a prueba a un espectador al que en sus últimos 30 minutos sólo se le pide que mire. Rian Johnson, guionista y director, y quien durante buena parte del metraje muestra una elegancia formal muy estimulante con la que mantener agarrado por los huevos al espectador, no acierta a la hora de cerrar el propio bucle, círculo o a como se le quiera llamar que propone la película. Empieza como un excelente thriller, hacia la mitad y una vez se presenta Emily Blunt se inmiscuye en la sección del drama indie "esto es algo más que una de acción" no exento de interés pero que, visto en conjunto y dado su exagerado inmobilismo, ralentiza en demasía el ritmo y disipa por completo el interés de un esquema argumental que se diluye entre medias, para por último concluir en un tercio final que se rinde a la acción más básica, filmada con algo más de tosquedad y torpeza que en un tramo inicial se intuye mucho más trabajado (y mimado) y que alguno, por qué no yo mismo y sin ánimo de desvelar más de la cuenta, Dios me libre, podría determinar como una especie de precuela de X-Men rodada por Brett Ratner (y eso que uno no termina de entender el porqué se le dan tantos palos al tercer título de la primera franquicia mutante, si además es la mejor película de Ratner...). En fin, que me muerdo la lengua para no revelar aquello que mejor no revelar de una producción en realidad bastante satisfactoria... y con la que no pretende ser duro, tampoco, pero a la que sí se le podría haber sacado tanto partido como para ser uno de los grandes títulos del año, algo que en última estancia no lo es, con lástima, porque de la misma manera que a los "loopers" a la cinta parece que se le acaba, al final, un contrato por el que ponerle fecha de caducidad a su recuerdo. Sigue siendo buena, sigue siendo cine... importantes matices, pero no deja de ser buen cine en todo caso de índole comercial, y para eso, en ocasiones, lo mejor es hacer lo mismo que 'Desafío total' año 2012: no complicarse la vida ni desde el principio... falsas esperanzas, lo llaman.

Fuente: El septimo arte

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